lunes, 16 de mayo de 2011

CREACIÓN DE TEXTOS
                            Imaginación y Creatividad

En su texto, Imaginar y crear Gianni Rodari plantea la importancia de la imaginación y la creatividad como elementos esenciales en el desarrollo de nuestro procesos como lectores y escritores y como herramientas aliadas para los maestros y estudiantes a la hora de construir la verdadera educación en la escuela. Por esto muestra de ello, a continuación algunos textos que surgen de la unión de esos dos elementos mencionados anteriormente:

                   
                       Por: Derly Yisenia Villa Muñoz




AQUEL ENCUENTRO...
                              
Aquella noche se encontraba ella allí sentada con unas amigas, en un negocio de comidas rápidas comiéndose una chori-papa; este lugar quedaba al frente de unas discotecas muy populares y apetecidas en el pueblo; en ese momento llegó una extraña sensación a su cuerpo y presentía que alguien la miraba, en ese momento levanto su cabeza al balcón de la discoteca y pudo ver como la observaba un chico, extraño para ella pero a la vez muy interesante el cual le produjo muchas sensaciones al mirarse fijamente a los ojos; llegaron a su mente lindas imaginaciones las cuales ella se hacía al pensar que aquel chico quisiera tener una linda amistad con ella. Un hombre acuerpado, de unos 25 años de edad, de estatura media, tez blanca, cabellos oscuros, labios rojos y carnudos una sonrisa hermosa la cual dejaba entrever su blanca dentadura, cejas voluptuosas y unos ojos expresivos que irradiaban ternura, paz y mucho amor para brindar  ¡oh aquel joven que nunca imaginaba conocer y que en ese momento lo tenía al frente de ella! 

Después de aquel episodio y de terminar de comer su golosina preferida, entro con sus amigas a la discoteca, se sentaron  y pidieron algo para tomar mientras ansiosa buscaba con el reflector de las luces aquel hombre nunca antes visto en aquel pueblo; su emoción más grande fue cuando vio que él se acercaba a ella lentamente y con una sonrisa en su rostro la miro fijamente y le dijo: ¿Me permites bailar contigo? Alzó su rostro y después de unos segundos de silencio mientras palpitaba su corazón donde solo hablaban sus miradas al compás de la música que sonaba le contesto: ¡sí! Mientras tanto sus  amigas se miraban entre sí, murmurando: ¡ese chicho esta divino! ¿Porque no nos invita a nosotras y sí lo hace con nuestra amiga la gordita?.
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Él un poco tímido con voz entrecortada se acercó a su oído y le mormullo ¿Cómo te llamas? Ella con su dulce voz le contestó: Cielo. Él le replico: ¿en serio? Pero no debería ser Cielo sino ¡Cielote! Y fue en aquel preciso momento que se acabó el encanto de aquella mujer, pues lo dejó y se fue muy enojada al ver que aquel chico no le había dicho cielito sino Cielote; lo cual causaba tristeza en ella por la baja autoestima que tenía al ser un poco gordita; sin dar más explicaciones se fue de aquel lugar muy decepcionada, pero más decepcionado quedó el chicho ya que el sólo quería tener una conversación más amena con ella, rompiendo el hielo con ese comentario que pensó que iba a causar alegría y más acercamiento entre ellos.




MI PRIMER MUÑECA




Llegaba la navidad de 1989 y con ella la alegría, los paseos de la gente adinerada, las comidas especiales, la pólvora, la música, los adornos coloridos en las casas y las oportunidades de trabajo en la recolecta de café en las fincas. Desde mi humilde casa en la cima de la montaña, alcanzaba a divisar las luces de colores en las calles del pueblo. ¡Era navidad! Latía fuerte mi corazón, pues siempre que pedía una muñeca mi madre me respondía: “Hijita, no tengo dinero, pero reza para que en navidad te la traiga el niño Dios.
Esos días se hacían largos, todas las noches preguntaba a mi madre: ¿cuántos días faltan para venir el niño Dios? Y ella me respondía a medida que iban pasando los días. En la novena navideña me hacía junto al pesebre para observar donde había avanzado San José y la Virgen María para llegar a la cunita que fría esperaba el nacimiento.

Por fin llegó el momento, el regocijo, la natilla, los buñuelos, el sancocho, el baile, todas estas cosas no me causaban nada de alegría solo quería que llegara la noche y acostarme para esperar mi muñeca; grande mi emoción cuando desperté a media noche y sentía una bolsa que sonaba a mi lado, me senté  y empecé a destapar aquella bolsa y corrí a la sala de mi casa donde se encontraban todos mis familiares bailando y gritaba emocionada ¡ya vino, ya vino, ya vino el niño Dios! Y miren lo que me trajo, mi madre me abrazo y ambas lloramos de la alegría.
“! Mi muñeca, mi muñeca !” gritaba y corría por todo el patio. Siempre había jugado con palos forrados en trapos, y ahora tenía mi muñeca preciosa que cerraba los ojitos, tenía un hermoso sombrero y lloraba cuando le quitaba el teterito que traía, además del vestido de bailarina que llevaba puesto.

Esa noche no dormí, despertaba a contemplar mi hermosa muñeca; es por eso que llegan a mi mente aquellos recuerdos tan gratos, cada vez que la gente regala aguinaldos a aquellos niños de escasos recursos; veo la alegría en sus ojos, como la mía cuando tenía en mis brazos mi primer muñeca.








 

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